Uno de los mitos más generalizados sobre este estilo de crianza es que es algo nuevo, sacado de la caja con moña de regalo, que va dirigido a la “generación de cristal” y que hará que los niños crezcan sin dirección, sin reglas o límites en la vida.

Todo esto es falso. 

La crianza respetuosa, comúnmente llamada Crianza Positiva, Disciplina Positiva o consciente, es un estilo de vida en el que los padres reconocen que sus hijos son seres humanos con derechos y deberes, que merecen ser tratados de acuerdo a su etapa de desarrollo con un abordaje más empático, sin violencia, gritos ni castigos, pero sí con límites sanos, reglas, rutinas y responsabilidades acordes a su edad. 

Pero, ¿qué sucede? Que muchas veces, este modelo de crianza es confundido con otro modelo parental que es el permisivo: sin reglas, sin límites y más negligente. Donde impera la ausencia de conductas contenedoras, regulatorias y educativas. 

¿Cuándo inicia la crianza respetuosa?

Para mí, inicia cuando inicia la educación pedagógica que coloca al niño como el centro de su propio aprendizaje y al maestro como su guía. Autores como Rosseau, Rebeca Wild, Froebel y Maria Montessori, fueron ejes centrales desde el siglo XVIII en adelante y propulsaron la idea de permitir al niño descubrir el mundo en un ambiente seguro, de juego y diseñado para impulsar su independencia y autonomía. 

Más adelante, afincamos toda esta información con la Teoría del Apego de John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista, quien a finales de los años 1950 afirmó que los bebés y niños necesitaban de un vínculo emocional sólido (principalmente materno), para poder desarrollar correctamente su personalidad y sus potencialidades, y así poder vincularse exitosamente en a lo largo de su vida.

Más adelante, el Dr. William Sears definió las 8Bs de la crianza respetuosa, partiendo de la teoría de Bowlby:

  • Birth bonding (Lazos afectivos desde el nacimiento).
  • Breastfeeding (lactancia materna)
  • Baby wearing (portear al bebé o llevarlo encima)
  • Bedding close to baby (Dormir cerca del bebé)
  • Belief in the language value of cry (Confianza en el llanto como lenguaje)
  • Beware of baby trainers (Tener cuidado con los adiestramientos)
  • Balance (Balance)
  • Both (La importancia de tanto mamá como papá en la vida del bebé).

Estas indicaciones de Sears rompieron con muchos esquemas de la época en que se proponía dejar al bebé llorar, fomentar la independencia temprana o entrenamientos antes de la etapa de desarrollo correspondiente. Por tanto, la crianza respetuosa inicia desde el embarazo mismo y está presente desde el momento en que tomamos a nuestros bebés en brazos.

Conforme el niño va creciendo, se van incorporando otras pautas propias del comportamiento esperado en la primera infancia como: la agresividad infantil, las rabietas, los comportamientos inadecuados y el desafío hacia las figuras de autoridad. 

Sin gritos ni castigos

Es tal vez la razón por la cual los padres, sobre todo los latinos, piensan que la crianza respetuosa es algo novedoso o de moda. Venimos de modelos socio políticos donde imperaban dictaduras, violencia y maltrato hacia los ciudadanos, que de una forma u otra fue permeando en la sociedad e introduciéndose como un modelo de crianza que también imponía la autoridad a las parejas femeninas y a los hijos. 

Fue normalizado el trato tosco, el respeto desde el miedo, las pelas, los gritos, las amenazas y los castigos emocionales. Aunque hemos avanzado en materia de políticos más dóciles con el pueblo, aún tenemos remanentes de pensar que esa forma de educar era la más apropiada. 

Así, que cuando mencionamos el respeto, el amor, la empatía y los límites sanos… sabemos que provocamos corto circuito en muchos hogares. Pero, como dijimos al inicio, no se trata de criar sin límites, sino de criar sin violencia.

Pautas para una crianza respetuosa

  • Entiéndela antes de embarcarte a la experiencia. Si fuiste criado en un ambiente autoritario, talvez se te haga más difícil ser paciente con la etapa evolutiva de tus hijos.
  • Establece límites claros en el hogar. Déjales saber a tus hijos cuáles cosas son negociables y cuáles no. Ej: Pueden elegir bañarse antes o después de comer, qué ropa ponerse dentro de las opciones sugeridas por mamá o papá o cinco minutos más de muñequitos. Pero, no pueden dejar de cepillarse diariamente o comer en la sala viendo TV o pegar a otra persona. 
  • Establece responsabilidades acorde a su edad y rutinas diarias. Ej: recoger el cuarto antes de salir, tender la cama, preparar su mochila la noche antes y asegurarse que su uniforme esté limpio. A cada edad, su dosis.
  • Practica la amabilidad y la firmeza al mismo tiempo. No gritar no equivale a no hablar con tono firme. Los niños deben de saber que en algunas ocasiones un no es un no y que es probable que mamá eleve la voz para llamar su atención. Sobre todo cuando se trata de su seguridad o protección.
  • Conexión antes que corrección. Escucha activamente lo que tus hijos tengan para decirte. A veces entenderemos mejor la situación si les dejamos hablar y expresarse, siempre respetando el ambiente y a la persona a la que se dirigen.

Establecer una relación de respeto mutuo, de conexión emocional permitirá que en tu hogar se viva un ambiente donde la comunicación y la armonía fluyen, la confianza se solidifica y hace que el ambiente entre todos los miembros de la familia sea más bonito, más amable y a la vez, más divertido. 

No es fácil, no funciona a corto plazo y requiere mucha paciencia y tolerancia de nosotros los adultos. Imagínate una semilla que siembras hoy para ver el árbol y sus frutos en el futuro. Sí se puede.

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