Tengo miedo de que mi hijo no me quiera
“No te invito a mi cumpleaños” me dijo mi hijo menor, de cuatro años, a modo de castigo luego de enojarse conmigo. Y en sus palabras había más que una sentencia, había una revelación: La de la posibilidad de que mi hijo no me quiera.
Y si, puede suceder: Tus hijos pueden no quererte. No tienen la obligación de amarte. Aunque generalmente lo hagan, habrá momentos donde no. Por ejemplo, cuando los retes, cuando les pongas un límite, cuando los hagas esperar, podrán llegar a decirte que no te quieren.
¿Y sabes qué?: No pasa nada. Es parte del trabajo de la crianza no ser todo lo que esa hija o hijo desea de nosotras. A esto en Psicología, se lo llama fallar, que no es lo mismo que fracasar en la función materna o paterna; puesto que en ese caso si se daña a la infancia.
Tolerancia a la frustración en niños
Cuando se falla como adulto o adulta responsable de crianza se está haciendo bien el trabajo, ya que se frustra a ese hijo, se lo desencanta y se le enseña, de manera inconsciente, que no todo es como él quiere, que en la vida a veces hay que esperar y que otras hay que aceptar. Y esto permite comenzar a construir la tolerancia a la frustración y la capacidad de espera, cuestiones necesarias para adaptarse al mundo, para vivir en sociedad y para alcanzar lo que se desea.
Este artículo fue escrito por la Psicóloga Carolina Aguirre López